Los beneficios de los empresarios migrantes en los países de recepción. Una buena razón para consolidar programas académicos y del gobierno en su expansión. (Segunda Parte)

0
46

Siguiendo con la lógica argumentativa de mi pasada colaboración en este medio (“Empresarios migrantes mexicanos en Estados Unidos: un tema que amerita mucha reflexión desde México”) decía queel espíritu empresarial y la migración están a la cabeza de muchas agendas nacionales e internacionales. Es decir, tanto la migración como el empresariado migrante han atrapado la atención de los hacedores de política pública, los académicos, las ONG y todos aquellos interesados en sus posibles impactos en la reducción de la pobreza y el desarrollo. Al igual que otros analistas del fenómeno, considero, que el espíritu empresarial es un eje de suma importancia para la economía de cualquier país, debido a que fomenta el empleo e impulsa el crecimiento económico. En Canadá, por ejemplo, una quinta parte del autoempleo está a cargo de migrantes. La mayoría de los migrantes que se convierten en empresarios después de la migración tienen sus actividades comerciales solo en el país de destino. En los últimos años, las actividades comerciales de muchos empresarios étnicos en el país anfitrión se han convertido en transnacionales debido al aumento de la demanda de productos étnicos (comida, vestuario, artesanías, imágenes religiosas, etc.) que no son producidos en Canadá por comunidades inmigrantes.  Han aprovechado el nicho de la nostalgia cultural.

Existe casi un consenso generalizado entre los investigadores de los migrantes, los hay que no lo consideran así, de que los inmigrantes contribuyen al desarrollo económico de los países en los que se establecen. Y las evidencias son palpables: los empresarios migrantes crean nuevas oportunidades de trabajo, disminuyen la competencia en el mercado, desarrollan nuevos modelos comerciales y aumentan las ganancias para ellos mismos, y para el país de destino. El considerable crecimiento del empresariado migrante impulsó a académicos de todo el mundo a analizar el fenómeno a través de 3 líneas de investigación: los primeros tratan de la creación de empresas de inmigrantes en el país de destino; el segundo se refiere a las posibles trayectorias de crecimiento de las empresas étnicas; y, por último, el énfasis en la creación y crecimiento de empresas migrantes en el país de origen y destino, denominado emprendimiento transnacional. Esta última categoría es un emprendedor quien inicia el negocio en el país de destino y lo expande al país de origen. Es una especie de “fuga de cerebros a la inversa” o “circulación de cerebros”, de hecho, el emprendedor transnacional se considera un antídoto para la fuga de cerebros.

Con la continua afluencia de migrantes a Estados Unidos en las últimas décadas, el índice de empresas de migrantes ha aumentado considerablemente. Según datos oficiales, las empresas de migrantes generaron más de 775 mil millones de dólares en ingresos, 125 millones de dólares en nómina, y emplean a 1 de cada 10 trabajadores. Estas empresas no solo incluyen a las pequeñas empresas, sino también al 18% de todas las empresas de Fortune 500. Y no solo juega un papel muy importante en Estados Unidos. El autoempleo se ha convertido en uno de los mayores rasgos del mercado en todos los países occidentales. Por ejemplo, las tasas de autoempleo en la última década del siglo XX son de 8.23% para Estados Unidos, 9.72% para Canadá, 12.71% para Reino Unido, y 16.04% para Australia. El interés emergente en el autoempleo es evidente en estudios de naturaleza teórica y empírica. Desde la perspectiva teórica, los roles de las actividades hacia el riesgo, las habilidades empresariales, incertidumbre y requisitos de capital han sido y se están estudiando. Desde una perspectiva empírica varios rasgos han sido analizados. Primero, ha sido argumentado que existen diferencias de autoempleo entre un migrante y un nativo. Asociado con este diferencial es el hecho que el autoempleo es visto en muchos países como un refugio de los migrantes quienes no encuentran empleo en el sector salarial, o también buscan nuevos horizontes de ingreso. Segundo, varios estudios muestran que la existencia de enclaves étnicos (áreas de una ciudad donde conviven grupos de la misma etnia o cultura, por ejemplo, mexicanos, cubanos, chinos, etc.) promueve el autoempleo entre los migrantes. En Estados Unidos en 2014 los migrantes constituían alrededor del 20.6% del total de los empresarios del país. Se puede observar una tendencia similar en el caso de otros países desarrollados y en desarrollo como Canadá, Australia, Alemania, Suecia, Países Bajos, España, Reino Unidos y Bélgica. Curiosamente, en muchas de estas naciones, la tasa de empresas migrantes supera a la de los nativos.

Muy interesante ha resultado la sociología del trabajo por cuenta propia (autoempleo) el cual lo considera como un tema muy relevante para la movilidad económica de los migrantes. Y un dato muy revelador es el siguiente: las tasas de autoempleo son generalmente más altas entre migrantes que entre nativos. En 1980 en Estados Unidos, por ejemplo, 16.5% de los inmigrantes y 11.7% de los nativos eran autoempleados. Cifras de inicios de la década de 1990 en varios países occidentales revelaron un incremento en el autoempleo en los inmigrantes. Estudios iniciales mostraron que los índices de autoempleo entre grupos de inmigrantes difieren considerablemente. En 1990 la tasa de autoempleo para hombres en Estados Unidos, por grupo étnico, fue de 3.2% para los de Laos, 6.8% para los mexicanos, 16.1% para chinos, 18.7% para italianos, 27.9% para coreanos, y 28.6% para israelíes. En Australia, Canadá y Estados Unidos cerca del 15 % de los inmigrantes hombres empleados tenían su propio negocio, el cual fue cerca del promedio de los inmigrantes en países de Europa. En algunos países europeos más del 25% de los migrantes trabajaban en esos años por su cuenta (por ejemplo, Irlanda, Portugal y España) y en otros países menos del 10% (Austria, Alemania y Luxemburgo). La experiencia de autoempleo entre los grupos de inmigrantes asiáticos, especialmente coreanos, en Estados Unidos ha generado mucho interés y reflexión del por qué este grupo es tan emprendedor. Se puede afirmar entonces, que el origen de los grupos migrantes y de las características de su país de origen (disciplina, vocación a la empresa, respeto a las leyes, instituciones sólidas, tenacidad, responsabilidad, creatividad, aspectos religiosos, etc.) puede afectar la probabilidad de autoempleo independientemente de su destino. Cuando, por ejemplo, los migrantes coreanos muestran tasas altas de autoempleo no sólo en Estados Unidos sino además en otros países, sin embargo, los mexicanos tienen bajos índices de autoempleo en sus destinos, características de sus países de origen podrían explicar esas diferencias. Unos estudiosos  llaman a eso “efectos de origen”. También, las diferencias entre grupos de inmigrantes pueden además indicar lo que se llama “efectos de comunidad”, el cual refiere a las propiedades de la combinación del país de origen y el país de destino. 

Se considera también, para ir cerrado esta participación, que el espíritu empresarial de los inmigrantes es un fenómeno cada vez más importante impulsado por la creciente migración, la difusión de la actividad empresarial entre los  paisanos migrantes y la globalización de los mercados y las cadenas de oferta. Vivimos en una era de importantes desafíos sociales derivados de cada vez más diversos movimientos migratorios que requieren la capacidad de abordar problemas complejos de integración desde diferentes perspectivas. Los importantes y crecientes flujos migratorios globales y la expansión empresarial entre los migrantes han dado lugar a la coexistencia de los espíritus empresariales nativo y migrante en muchos contextos locales. El emprendimiento migrante es un fenómeno importante desde el punto de vista no solo económico y gerencial, sino histórico, sociológico, psicológico, y antropológico. Existe una mayor predisposición al emprendimiento en algunas comunidades nacionales y grupos étnicos que en otros (coreanos, chinos, israelíes, italianos, etc.). Es posible vincular el crecimiento del espíritu empresarial de los inmigrantes con el desarrollo de una economía étnica que cuenta con los recursos esenciales para el desarrollo de una comunidad étnica (trabajo, financiamiento, mercados, información redes, celebraciones, fiestas, etc.) como en el caso de los enclaves. Por ejemplo, resalta el hecho que los migrantes israelíes se encuentran entre los mayores en tasa de emprendimiento de todos los grupos de inmigrantes en Estados Unidos, y sostienen patrones similares en otros lugares donde se han establecido como Europa, Sudáfrica, Australia y Asia. Áreas de especialización económica incluyen prendas, joyas, construcción, bienes raíces, entretenimiento, restaurantes, tiendas comestibles, medios, empresas de mudanza y otras profesiones de vanguardia, como sistemas financieros en alta tecnología, que están considerados como los motores del mundo del crecimiento económico e innovación. Valdría la pena generar, en base a estas experiencias, programas desde la academia, el gobierno y las secretarías del migrante, que impulsen, generen y consoliden el autoempleo y las empresas de los migrantes en el Estados Unidos y los demás países donde los mexicanos cantan, ríen y añoran sus raíces. Vale la pena impulsar valorar a este grupo que ha demostrado una fuerza y tenacidad sobresaliente. Si los coreanos e israelís tienen una gran participación empresarial en Estados Unidos, porqué los mexicanos, con mayores enclaves étnicos, comunidades transnacionales, y millones de paisanos (primera, segunda y tercera generación) no cuentan con esos altos índices de inversión. Ojala y estos análisis contribuyan a la comprensión de este complejo fenómeno.

PARA SABER MÁS

Fernández, Eduardo. (2022). “Migrantes empresarios.  Un acercamiento teórico y del estado del arte a su estudio”, Norteamérica, revista académica del CISAN-UNAM, año 17, número 1, enero-junio de 2022. DOI: https://doi.org/10.22201/cisan.24487228e.2022.1.541Versión Ahead-of-Print

Gold, S. J. (2018). “Israeli Infotech Migrants in Silicon Valley”, The Russell Sage Foundation Journal of the Social Sciences, Vol. 4, No. 1, pp. 130-148.

Guercini, S., G. D. Ottali, L. Baldassar, G. Johanson (Eds) (2017). Native and Immigrant Entrepreneurship. Lessons for Local Liabilities in Globalization from the Prato Case Study, Suiza: Springer.

Robles, B. J., y H. Cordero-Guzmán. (2007). “Latino Self-Employment and Entrepreneurship in the United States: An Overview of Literature and Data Sources”, The ANNALS of the American Academy of Political and Social Science, Vol. 613, No. 1, pp. 18-31.

Manimala, M. J., K. P. Wasdani, A. Vijaygopal. (2019). “Transnational, Ethnic and Returnee Entrepreneurship: Perspectives on SME Internationalization”, En: M. J. Manimala et al. (eds.), Transnational Entrepreneurship, Entrepreneurship and Development in South Asia: Longitudinal Narratives, Springer. Disponible en: DOI 10.1007/978-981-10-6298-8_1

Tubergen, F. V. (2005). “Self-Employment of Immigrants: A Cross-National Study of 17 Western societies “, Social Forces, Vol. 84, No. 2, pp. 704-732.