Empresarios migrantes mexicanos en Estados Unidos: un tema que amerita mucha reflexión desde México

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Hablar de migrantes es referir a individuos muy diversos, en trayectorias, vocaciones, experiencias, trabajos, niveles escolares, capitales, ingresos, lugares de residencia, entre muchas otras cosas. No es un conjunto homogéneo, trabajando en el campo o radicando en California únicamente. Uno de las cuestiones más interesantes en la actualidad de la migración México-Estados Unidos es sobre el asunto de los empresarios migrantes en aquel país. No es algo que se haya estudiado con mucha amplitud en México, pero si genera muchas incógnitas y nueve a la reflexión. No es una cuestión menor, sobre todo por ser un grupo en franco crecimiento en los últimos 20 años. Y eso se ve reflejado en el interés que ha suscitado a nivel de gobierno por las implicaciones que tienen estos miles de mexicanos que se autoemplean o forjan empresas en el vecino país del norte. Veamos algunos elementos básicos para entender el ambiente, condiciones y contexto de la inversión migrante en el extranjero. Comienzo diciendo que en las últimas décadas la economía global ha sido testigo de cambios muy importantes. Las economías desarrolladas enfrentan retos de economías emergentes como nuevos actores, problemas de crecimiento más restringido, recesión, aunado a una actividad empresarial más limitada. La realidad económica actual requiere una transformación importante de la competencia, que sea capaz de aprovechar los nuevos descubrimientos, las nuevas oportunidades y la capacidad para crear propuestas de valor innovadoras y llevarlas a buen puerto. En este contexto, el asunto del espíritu empresarial de los migrantes, por su gran crecimiento, ha generado una atención muy importante en círculos sociales, académicos y políticos de todo el mundo.

 Desde la década de 1970 una mayor diversidad racial-étnica ha sido uno de los sellos de las grandes ciudades europeas, de Estados Unidos y Canadá, en particular las que son receptoras de grupos nutridos de migrantes. Estas ciudades han ofrecido oportunidades para que dichos grupos de migrantes promuevan actividades de autoempleo y empresarial. Si la prevalencia del autoempleo y la importancia de las pequeñas empresas han tenido sus altibajos para la población en general, siguen siendo polos de atracción para los migrantes y sus descendientes (segunda y tercera generación). Históricamente los migrantes se han inclinado hacia las pequeñas empresas. A inicios del siglo XX empresarios y comerciantes migrantes judíos, italianos, griegos, y otros jugaron un papel muy importante en el progreso económico de Estados Unidos y de sus grupos de inmigrantes.

En la actualidad la visión, enfoque, e interés científico ha cambiado sustantivamente. Las disciplinas académicas más directamente relacionadas con la investigación del emprendimiento son los estudios migratorios, la antropología, economía, sociología, psicología, educación y estudios de gestión y negocios internacionales. El comportamiento económico puede indagarse mejor dentro de contextos institucionales, sociales, espaciales, históricos y temporales. Vale preguntarse, ¿Qué impulsa a un migrante para explotar oportunidades de negocio?; ¿Cómo se adquiere una mentalidad emprendedora?; ¿Cuál es el impacto de los empresarios migrantes en el país de destino? ¿Cuáles son las condiciones y elementos históricos, económicos, culturales, institucionales, sociales, familiares, simbólicos, sociales, e individuales que hacen que los migrantes mexicanos en Estados Unidos se conviertan en empresarios? Considero que además de las actitudes individuales, se debe también prestar atención a los factores estructurales, y psicológicos que facilitan o inhiben el espíritu empresarial. Ya en la década de 1990 algunas investigaciones decían que el espíritu empresarial está condicionado por 5 elementos rectores: 1) políticas gubernamentales; 2) condiciones sociales y económicas; 3) destrezas comerciales y empresariales; 4) asistencia financiera para las nuevas empresas; y 5) asistencia no financiera. Es decir, el espíritu empresarial es un conjunto articulado de factores, y es imposible entenderlo considerando factores unilaterales. A igual otros analistas consideran, desde un enfoque multidimensional, que los recursos individuales como la disponibilidad de capital humano y financiero, los recursos del grupo étnico o connacional y el capital social; factores estructurales en la sociedad de destino como son los mercados y la estructura del mercado laboral, así como los componentes legales e institucionales; incentivos y presiones o los factores de empuje y atracción, como el deseo de ser autónomo, o la amenaza al desempleo o insatisfacción con la relación laboral, impulsan a convertirse en empresarios a los migrantes. Países con gran vocación democrática y reglas claras de inversión propician un mejor ambiente de inversión de los migrantes. Y viceversa.

Es decir,  y vinculado a lo anterior, hay ciertos aspectos  institucionales y culturales (que en Estados Unidos, Canadá y muchos países europeos se observan) impulsores del espíritu empresarial, como son los entornos políticos sólidos, leyes comerciales simplificadas, disminución de los requerimientos burocráticos, menos procedimientos de entrada, y el registro empresarial modernizado y eficiente. Asimismo, el apoyo y la transparencia gubernamental y las normas legales. La cultura se define como un conjunto de valores compartidos, creencias y comportamientos esperados. Aprender a dominar las influencias contextuales de las culturas nacionales y adquirir conocimiento de los sistemas de negocio, y las “reglas del juego” del medio ambiente de un país extranjero requiere aprendizaje y adaptación conductual. Factores ambientales como los contextos regulativos sociales y políticos y los valores culturales afectan los procesos de reconocimiento de oportunidades de los empresarios y el impacto en el comportamiento y los procesos de emprendimiento dentro de las reglas de juego de un país.

Mucha literatura se ha centrado en las características individuales de los emprendedores y ha identificado fuertes determinantes como la edad, el género, la educación y las dotaciones económicas, pero también es fundamental incluir consideraciones de carácter institucional, geográfico y cultural. Aspectos geográficos e institucionales como corrupción, aplicación de la ley o la protección de los derechos de propiedad, y fomentar patrones culturales y empresariales. Ello nos lleva a considerar el enigma del por qué el autoempleo en México asciende aproximadamente a una cuarta parte de su población, mientras que la tasa de autoempleo de migrantes mexicanos en Estados Unidos es solo alrededor del 6% en la primera década del siglo XXI.

Es complejo determinar ese asunto. Los países desarrollados han experimentado una gran afluencia de migrantes en las últimas décadas por múltiples causas. Aunque varios estudios realizados de diferentes disciplinas han ponderado los ángulos político, sociológico, comercial, no se ha prestado atención al espíritu empresarial y la gestión de la diáspora en el país de destino que tiene un contexto institucional muy diferente al del país de origen. La pregunta crucial es cómo esos migrantes empresarios crean y gestionan empresas en contextos institucionalmente asimétricos o diferentes, el rol del Estado, las condiciones socioculturales, el lenguaje, y las mentalidades cognitivas son muy diferentes de los países de origen. Este es un tema que atrapa la atención porque la mayoría de la diáspora vive, trabaja y emprende actividades empresariales en contextos muy diferentes.

Pero se cree que hay cualidades o rasgos centrales para entender las actitudes empresariales y emprendedoras, que explica el éxito o fracaso en la empresa. 1) Rasgos personales: psicológicos como actitudes, motivaciones, habilidades y aptitudes adquiridas, necesidad de lograr, de independencia, control interno, inclinación a asumir riesgos, creatividad y carácter innovador, personalidad proactiva, tolerancia a la incertidumbre, percepción, iniciativa, intuición, desconfianza y liderazgo. 2) Motivación e intenciones: es el impulso interno que genera el poder para tratar de alcanzar las metas y objetivos que impulsan a la gente a actuar. Y hay factores de atracción y expulsión. Los factores de atracción son circunstancias positivas como por ejemplo la oportunidad de trabajar más con flexibilidad, para ser independientes, para establecer sus propias metas, para ganar más dinero, para desarrollar más su potencial y habilidades, avanzar profesional y personalmente. Y los factores de empuje son los que incitan a los individuos a la actividad empresarial debido a circunstancias adversas como las dificultades con el avance profesional en una organización empresarial, la falta de posibilidades en el trabajo en el mercado laboral, frustración en el trabajo anterior, etc. 3) Educación: hay una educación estándar y otra educación específica para emprendedores. La primera está dirigida a desarrollar conocimientos para tener éxito en la gestión de un emprendedor, la segunda está encaminada a desarrollar habilidades y actitudes requeridas para asumir el rol impulsor, dentro del cual se incluye la promoción de empresas por parte de potenciales emprendedores y el desarrollo de empresas ya existentes para emprendedores. Y 4) Medio Ambiente: el entorno económico, sociocultural, político e institucional puede influir en los individuos en sus comportamientos, no importando sus cualidades innatas. Por ello el entorno empresarial se ha definido como una combinación de factores económicos, socioculturales y políticos que influyen en la estructura de la voluntad y capacidad para emprender una actividad empresarial y que facilite el proceso de crear una nueva empresa o revitalizar una existente.

Hay quienes consideran que la cultura podría influir en la decisión de los individuos al espíritu empresarial. En primer lugar, si una cantidad importante de los individuos de una sociedad comparten valores, rasgos o actitudes que conducen al espíritu empresarial, por ejemplo, ambición personal o impulso para lograrlo, preferencia por el desafío intelectual, innovación, optimismo, tolerancia al riesgo, voluntad de aceptar la responsabilidad personal por los resultados, deseo de autonomía, entre otras, entonces en esa sociedad se espera que haya más empresarios. En Estados Unidos, por ejemplo,  la propiedad empresarial evoca el ideal teórico estadounidense de movilidad social e igualdad de oportunidades para el progreso socioeconómico. En segundo lugar, en la medida en que la sociedad ponga el espíritu empresarial como una opción profesional deseable, por ejemplo, otorgando un alto estatus social a los empresarios exitosos, reconociendo sus logros en los medios, proporcionado educación y otros recursos para apoyar, se aumentará el atractivo del espíritu empresarial como una opción de carrera, aumentando así la oferta de empresarios en la fuerza laboral de la sociedad.  

Estas son consideraciones básicas para entender por qué ha crecido el número de empresarios migrantes en Estados Unidos, aunque no tanto como otros grupos de migrantes. Y así entender las razones de pasar de trabajadores a inversores en una sociedad culturalmente muy distinta a la nuestra. Pero convertirse en empresarios en aquel país representa un gran reto pero también una gran oportunidad de crecimiento e impacto positivo en un país acostumbrado a ver a los mexicanos en los tradicionales nichos laborales. En las próximas participaciones seguiré tratando este apasionado tema.

PARA SABER MÁS

Fernández, Eduardo. (2022). “Migrantes empresarios.  Un acercamiento teórico y del estado del arte a su estudio”, Norteamérica, revista académica del CISAN-UNAM, año 17, número 1, enero-junio de 2022. DOI: https://doi.org/10.22201/cisan.24487228e.2022.1.541Versión Ahead-of-Print

Marqués, J. C. (2019). “Entrepreneurship Among Portuguese Nationals in Luxembourg”, En: C. Pereira, J. Azevedo (eds.), New and Old Routes of Portuguese Emigration, IMISCOE Research Series, Springer. Disponible en: https://doi.org/10.1007/978-3-030-15134-8_9

Poblete, C. (2018). “Shaping the castle according to the rocks in the path? Perceived discrimination, social differences, and subjective wellbeing as determinants of firm type among immigrant entrepreneurs”, Journal of International Entrepreneurship, Vol. 16, pp. 276–300.

Vandor, P. (2021). “Are voluntary international migrants self-selected for entrepreneurship? An analysis of entrepreneurial personality traits”, Journal of World Business, Vol. 56, pp. 1-15.